jueves, 31 de marzo de 2011

ESA HEMBRA NO DA MIEDO



Doña Maruja no cree que sea un defecto ser ambiciosa

En el tiempo en que Mimí Bechelani creó a Teresa, el consenso social dictaba que las mujeres debían ser humildes, sumisas, “de su casa”. Nadie creía que debían tener sueños, carreras o metas. Es por eso que las aventuras de Teresa (Angelique Boyer) ya no me parecen tan chocantes. En la jungla darwiniana que es nuestro mundo ella representa todas las cualidades de una gran ejecutiva, de una triunfadora, de las que "no se dejan".

Anoche con gran placer vi el primer episodio de Teresa. Aunque un poco lento el capítulo, se notaba el sello cuidadoso del Güero Castro. Es agradable ver una buena dirección que ayuda aun a actores menores a levantar cabeza. No es menor Cynthia Klitbo, fantástica como la madrina de Teresa, más joven y coqueta que en las otras versiones.

Comenzamos con una fiesta de graduación en una preparatoria para niños bien. Angelique Boyer que ya tiene convencida a Doña Maruja que es buena actriz, se movía con gran naturalidad muy efectiva en ese ambiente. Se entiende que todos la creyeran una rica heredera. Es que nada en el comportamiento de Teresa delata  su humilde origen.  Para todos ella es una más del “in crowd”, a pesar de que la sangrona de Aida (Margarita Magaña) le tenga envidia a su compañera. Natural, Teresa son de las que sacan ronchas a los envidiosos. Es la más bonita, la más deseada, y la mejor estudiante. Obviamente nadie sospecharía que la más lista de la clase sea también la mayor timadora.

La verdad es que no puedo juzgar muy duramente a Teresa. ¿A quiénes les ha mentido? A la envidiosa Aida y al esnob de Paulo, el prometido de Teresa, que tras dos años de noviazgo recién viene a enterarse que su futura esposa vive en una vecindad, que es una becada y una hija “del quinto patio”. A quien Teresa no le ha mentido es a la noble y comprensiva Aurora. 

Ana Brenda Contreras es la Melanie de esta Scarlett chilanga, la única que reconoce el valor de Teresa, su lucha diaria por ser quién no es. Aurora admira a su amiga por que le cuesta más que a los demás comprar sus libros, llegar a la escuela, vestir ropa adecuada. Es que Teresa viene de otro mundo, ella es del universo de Pepe el Toro y su pecado es rechazar ese entorno con todas sus fuerzas. No podemos culparla, puesto que ella merece y se puede ganar algo mejor, solo que hay limitaciones que la harán tomar rumbos errados. 

Aarón Díaz se ve encantador como el taxista Mariano, el pretendiente humilde de Teresa y se entiende que ella lo quiera, pero el momento que aparece Sebastián Rulli ya sabemos quien va ser el futuro de la ambiciosa. Además que Aurorita, tan dulce, tiene más química con Mariano y ya se vio en ese encuentro de ambos en la universidad.

Rulli es el Licenciado Arturo de la Barrera, catedrático, reconocidísimo abogado, millonario y lindoo. Y quiere pagarle la carrera de Leyes a Teresa en la prestigiosa Universidad del Sur. ¿Se puede pedir más? Sin embargo, Teresa se hace de rogar, le dice que va a pensarlo y se va contoneando esa colita gala de la Boyer y dejando al Profesor lleno de ardientes deseos.

Teresa dice que quiere salir de esa vecindad, que quiere sacar a sus padres de ahí, que merece las mejores oportunidades y que ésas las obtendrá en una institución de prestigio. ¿Miente acaso? Ella le dice a su madre que no le pidió nada a Arturo, él le ofreció ayudarla. Y Arturo no solo lo hizo porque es bonita, sino porque la chica tiene madera de abogado y notas excelentes. Lo siento, pero no me parece que Teresa ande muy equivocada. Ella quiere progresar, quiere superarse y hasta ahora, el personaje lo merece.

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